Mi intervención en la sala consistió en un gato de cartón-cartoon recostado en un rincón, que en su interior albergaba el batifondo de un cuarto adolescente, iluminado por la luz de un televisor de tubo. En diálogo con esta pieza, Nachi presentó obras hechos con caños con velas, maderas laminadas rotas y azulejos sucios, que evocaban baños públicos como escenarios del yire y del universo de las teteras. También hicimos activaciones sonoras de noise incidental con el proyecto Shrek el musical.